Antes de poner un pie dentro, se siente la tensión de los empleados. Un guardia que camina de izquierda a derecha y así sucesivamente hasta que se cansa y se sienta en su silla al lado de la puerta principal. Al levantar la mirada un cartel con el logo de la empresa y el nombre “ArgenBol” a su lado, tres cámaras de seguridad ubicadas estratégicamente para no perder ningún detalle de lo que sucede a las afueras de la oficina, lo que más se aprecia personas sobre la acera caminando en dirección a su destino, movilidades particulares y micros un poco defectuosos que desprenden un olor a quemado sin olvidar que a cada rato contaminan acústicamente tocando bocina y crean caos con sus gritos a los dueños de otros vehículos, lo normal en un día cualquiera de trabajo, claro sin olvidar el puesto de yogurt natural que se encuentra al lado y que siempre tiene al señor que vende muy sonriente.
Al entrar, un pasillo recto que guía mi camino hacia los
interiores y un pequeño jardín al lado derecho con palmeras que evitan que
malas personas salten por la reja blanca que rodea el establecimiento. La
primera oficina es de la secretaria o sala de espera como muchos le dicen ya
que para hablar con los superiores se sientan a esperar por algunos minutos
hasta ser llamados, las personas esperando primero son vistas por el jefe a través
de las cámaras de seguridad que se encuentran en cada esquina del techo de la
oficina y luego suben por las gradas que se encuentran dentro de la misma sala
las cuales llevan a las oficinas más importantes. El escritorio de la
secretaria con una medida aproximadamente de 1.50 m. de color café oscuro y
encima de él se encuentra todo muy ordenado y con 3 diferentes teléfonos dos
blancos y uno negro, al lado la computadora y una agenda en donde apunta todos
los acontecimientos que debe realizar su jefe.
Al continuar caminando, dos muebles de vidrio con algunos
de los productos de belleza debajo de las gradas y una puerta de madera que
conduce a la oficina de la esposa del dueño en donde se encuentran dos muebles
apoyados a la pared que llegan hasta el techo con todos los productos AlfaParf
y sus cartas de colores de tintes. Ella siempre con una sonrisa que tranquiliza
y con una pregunta que alegra a cualquiera ¿Quiere algo de tomar? ¿Un café,
agua fría, soda? Justo detrás de su oficina una pequeña cocina donde los
empleados pueden prepararse lo que deseen y una heladera que contiene todo tipo
de comidas y un papel prendido encima con el nombre del dueño y con un “No se
toca”.
Al girar a la derecha una oficina mucho más grande que
las demás pero con 5 escritorios y un montón de papeles encima, dos
ventiladores y un mueble para archivar documentos. Al fondo de la oficina una
puerta corrediza que lleva a una oficina donde dos mujeres se encuentran
trabajando en sus respectivos escritorios llenos de documentos y con
computadoras, se siente un aire más relajado que los anteriores y se aprecia
una vista por la ventana hacia el patio de atrás que contiene un jardín y una
piscina a la que todos quieren entrar y disfrutar olvidándose del trabajo, con
el simple fin de relajarse.
Luego, para subir al segundo piso, las escaleras parecen
nunca acabar y en una parte cambian el sentido de dirección hacia la izquierda,
al momento de encontrarse en el segundo piso dos escritorios afuera de dos
oficinas con computadoras cada una. Al girar la mirada hacia la derecha una
puerta con un letrero pegado: “Solo personal autorizado”, me pregunto si será el
baño del dueño o una simple habitación en donde torturan a los empleados con
mas trabajos o un estás despedido.
La oficina del dueño de la empresa o gerente general no
es diferente a las demás ya que contiene un escritorio lleno de papeles con su
computadora al lado y una ventana detrás de él, con una cortina blanca por
donde entra un viento relajante con olor a yogurt de durazno. En la pared del
lado izquierdo una tele de 32 plg. Con divisiones en forma de cuadrados que
muestran cada oficina de la empresa, los exteriores y principalmente lo que están
haciendo los empleados, al parecer a éste jefe macabro e inteligente no se le
escapa nada de la vista, a menos que en un momento de ir al baño alguno de sus
empleados se ponga a jugar en vez de trabajar.
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