jueves, 20 de noviembre de 2014

¨ El periodista siempre permanecerá ¨


David Dusster nacido en Barcelona en 1966,fue licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona, tiene 48 años es una persona alta, cabelló gris y usa lentes

llega a Santa Cruz de la Sierra en Marzo del 2014
para encargarse del proyecto digital de la web del Deber ( editor general multimedia)


¿Cuál es su experiencia en este rubro comunicacional?

Llevo 7 años redactando y he tenido experiencias por 90 países en todo el mundo casi siempre han sido por trabajo, he visto las evoluciones del trabajo en redacciones y de forma digital ya que he podido presenciar el cambio de la globalización del mundo

¿Si tuviera la posibilidad de volver a nacer escogería una vez mas ser periodista?

Definitivamente que si, ya que desde muy pequeño siempre desee ser periodista, claro esta que no es una profesión sencilla, es muy dura y requiere de mucho compromiso pero es lo que me apasiona.

¿Qué opinión le merece el periódico impreso en Bolivia?

Me encuentro muy sorprendido por la aceptación que tiene el periódico impreso en papel, en otras partes del mundo como ser en España están en declive el uso del periódico pues no se usa tanto por la globalización y digitalización.

¿La comunicación vía web y el periodismo digital ponen en riesgo la profesión del periodista?

El periodista siempre permanecerá vigente ya que la cualidad de un periodista es tener una curiosidad innata, de ir siempre mas allá de la noticia que se tiene de comprobar lo que es y lo que no es cierto.

¿pero es posible que el periódico digital llegue a reemplazar al periódico impreso?

Dusster afirma que si en un futuro es posible que el periódico digital llegue a reemplazar.
Juan Carlos Rivero acotó cree que no se podrá reemplazar ya que dentro de las redes se encuentra de todo podrían jaquear y tergiversar la información.

fuente propia: Tarjeta

David Dusster

martes, 18 de noviembre de 2014

Crónica: Obligatorio adaptarse o morir en el intento

                Martes 11 de noviembre, primavera, solo tres horas de clase en la universidad y sin parciales a la vista, todo es perfecto. Cambio de planes, día nublado y lluvioso más característico del otoño, cuando las hojas se caen y se mueven de un lado a otro y lo único que hacen es estorbar, lugar: Palmasola. Ese lugar donde a simple vista (y oído) por fuera todo es silencioso, escasas conversaciones, y las pocas  que se dan son inexpresivas y casi en secreto. Eso sí, abundan las miradas de desconcierto y picardía, los ojos hablan por sí solos, tienen vida propia.

Lo de que Bolivia es un país de contrastes entre ricos y pobres lo saben todos pero lo pueden observar en todo su esplendor en la cárcel de Santa Cruz de la Sierra.  A penas a 45 minutos del centro de la ciudad se encuentra la archifamosa Palmasola. Esta, consta de un transporte continuo, líneas de micros, taxis y mototaxis a su alrededor;  y es accesible, ya que es fácil de llegar con tan solo preguntar.  

Con tan solo 15 minutos en el exterior de la cárcel, el contraste se puede notar  nada más observando las colas, personas que venden su posición anticipada a personas que llegan tarde  o gente que entra directamente con un simple billete en mano. A causa de estos, las personas sin recursos tardan más tiempo haciendo cola que equivale a estar menos tiempo dentro. Otra cosa a destacar, son las movilidades que entran y salen de su interior, la mayoría nuevas  y de alta gama,  que por casualidad están casi todas  manejadas por policías, por ejemplo una  Toyota Runner 2013.


Según las malas lenguas, en su interior para su desgracia, las personas pobres deben adaptarse para sobrevivir. Al contrario que las personas con dinero, estas  viven casi como si estuvieran fuera, disfrutan de restaurantes o  incluso de ver películas de actualidad. También,  dicen que es una miniciudad dividida en diferentes sectores. Y cuantas desigualdades más habrá en su interior.