lunes, 24 de noviembre de 2014

Crónica: Leonardo es fruto de la evolución

Martes 18 de noviembre, Isabel Callado daba a luz a su tercer hijo.  Tal y como había planificado el médico meses atrás, daría a luz a sus 38 semanas de gestación en el hospital de la Caja Bancaria.  Callado fue internada el lunes 17  a las 20:00 horas de la noche para tener a su hijo a primera hora de la mañana del día siguiente.

La madre decidió tener a su tercer hijo mediante una cesárea, tal y como habían nacido sus dos hijos anteriores.  A pesar de someterse a una tercera operación, no tenía miedo. Ella solo tenía ganas de ver a su pequeño,  en su rostro abundaba la valentía y escaseaban los nervios. Isabel se sentía casi una experta en tema de embarazos  con tan solo 28 años edad.

Una hora  y media después de haber entrado a quirófano ya se encontraba con Leonardo. Él había pesado 4 kilos 380 gramos y medía 52 cm. Todo había salido bien, “Leo” estaba sano y ella por dentro se encontraba rebosante de felicidad, rodeada de las personas que amaba y apreciaba. Por fuera ella se sentía dolorida y más si pensaba en los tres meses que se le venían, hinchazón, puntos, dieta sana, y sobretodo reposo…

La  bisabuela de Isabel, Haydee Paz, se armaba de valor al decir que ella había tenido cuatro hijos de forma natural, hace más de 40 años atrás. Se acuerda perfectamente de cómo fue cada uno de sus partos, cada uno con una anécdota diferente. Ella contaba los días de embarazo en un calendario en su casa, tachando día por día. Cuando podía, iba a hacerse una revisión al médico, pero siempre le respondían igual: todo va bien.

Paz pone la mano en su pecho recordando como en su tercer embarazo estuvo dos días con contracciones y  con dolor insoportable de caderas. Lo recuerda como uno de los peores dolores que ha sufrido en  toda su vida, seguido por dolor de apéndice y el de las piedras en la vesícula.
Su recuperación se basaba en una semana de reposo y  unos cuarenta días sin  alzar peso. Antes de dar a luz siempre se sentía frágil y miedosa pero cuando todo el dolor había pasado estaba igual de fuerte que siempre, con ganas de salir adelante con el apoyo incondicional de su familia.
En estos dos casos, apenas han pasado cuatro décadas y destaca el drástico cambio en el acto de alumbrar.

Actualmente, la madre y el médico pueden planificar  la hora y el día exactos en que nacerá el bebé. Todo lo contrario  a la época de nuestros padres o abuelos sin ir tan lejos. Antes para la madre era casi todo una incógnita, en sus últimos meses de gestación debía estar alerta para poder dar a luz en cualquier momento.

Las madres mediante una intervención quirúrgica pueden reducir el dolor del parto, pero no todo es perfecto,  ellas son conscientes de que eso conlleva a  una recuperación más larga que un parto natural.

Otro cambio muy fuerte se ha dado a través de los avances tecnológicos que mediante aparatos se pueden ver el sexo y como es el bebé físicamente casi a la perfección. Incluso hay clínicas en algunos países muy desarrollados que están tan avanzados en maternidad  y genética que se puede elegir el color de ojos y de pelo de  tus futuros hijos.

El futuro te obliga a tenerlo todo más planificado. No sabemos como evolucionará la especie humana con seguridad, pero  si se sabe que todo será menos natural.

(imagen:http://ciudadimagenes.com/index.php?cat=27&page=7 )

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